Aunque merece recurrentes promesas y declaraciones, el problema del tratamiento de los residuos sólidos de Resistencia y su área metropolitana parece desbordar la capacidad de respuesta de los gobiernos municipales y el provincial, en tanto sigue generando una dramática contaminación ambiental con fuerte impacto en la salud pública, especialmente de los barrios del sur de la capital chaqueña y de los más cercanos al único basural. |
Es que las 300 toneladas de basura que diariamente ingresan al basural municipal de Resistencia y las muchas otras que se esparcen especialmente por toda la zona sur de la ciudad en los muchos basurales espontáneos que surgen ante la falta de servicio de recolección. La actualidad del problema fue recientemente relevada en una investigación del programa Punto Salud, de Canal 9, que desnudó el impacto sanitario del problema, relevando el tratamiento en el basural municipal, la demanda de servicios de los habitantes de la zona sur y la situación de la salud de la población en base a datos del centro de Salud Pública de la zona. El informe confirmó que las 9000 toneladas mensuales que recibe el basural, merecen un tratamiento tan básico como rudimentario, ineficiente y contaminante: la basura, simplemente se entierra en fosas que luego se taponan con parte de la misma tierra, contaminando napas freáticas, la misma tierra y el aire. “El tratamiento que le damos es empujarla a la fosa y taparla con suelo, vamos distribuyendo el suelo y cuando se tapa la fosa, vamos a otra ya preparada”, señaló Rodolfo Gómez, responsable municipal del basural. Se trata de pozos de 50 metros de lado con una profundidad de 5 a 6 metros, que demoran unos 30 días en rellenarse para ser cubiertas con una capa de 80 cm de suelo. Esta técnica dista mucho del relleno sanitario, que prevé el tratamiento previo del suelo, su cobertura con una malla aislante y un diseño que permite el tratamiento de líquidos y gases. “Acá no se clasifica nada. Empujar la basura a la fosa es lo que hacemos con la basura”, sinceró el trabajador municipal luego de relatar el mecanismo del simple entierro. Además del recurrente cuadro de personas hurgando entre los residuos por una miserable cadena de valor, animales muertos entre deshechos de todo tipo, se mezclan en el paisaje ruinoso y caótico que solo pueden conformar montañas de basura esparcidas por el suelo. En el Informe de Punto Salud se subrayó que el incremento de la población metropolitana demanda un abordaje serio y urgente al tratamiento de los residuos sólidos. Se relevó también que a falta de soluciones mínimas, como la instalación de contenedores de residuos, grandes áreas de barrios y extensiones urbanas terminan convirtiéndose en basurales a cielo abierto, sobre todo en el sur de la ciudad. Es el caso de amplios terrenos y franjas de tierra a lo largo del canal de avenida Soberanía nacional, donde proliferan los basurales espontáneos. Este problema obliga a soluciones también espontáneas de los propios vecinos que terminan empeorando la situación general. “En la acumulación que existe de basurales a cielo abierto, muchas veces los vecinos la única alternativa que tienen es la quema porque no hay forma. Se han hecho muchos pedidos, pero en este sector de la ciudad, del lado sur de Avenida Soberanía, no hay un solo contenedor. Desde calle Nicaragua, Quijano, Urquiza hasta ruta 11, hay 35.000 habitantes y no hay un solo contenedor de basura municipal. Esto nos está marcando que no hay un trabajo de protección del vecino del sector sur”, declaró en el informe televisivo Miguel Rolón, dirigente del Centro de Promoción y Participación Comunitaria Sur. Salud comprometida En el centro de salud de Villa Don Andrés, en el corazón de la zona sur de Resistencia, los profesionales se multiplican para atender innumerables consultas por patologías derivadas del mal tratamiento de la basura. “Más del 80 % de las enfermedades que atendemos diariamente, son problemas de alteraciones en el medio ambiente: la basura, la falta de letrinas”, señala la titular del centro pediatra Sandra Liliana Gómez, para dar cuenta de que entre 60 y 90 pacientes diarios asisten. La médica anotó que el principal tema que demanda atención en el centro, refiere a los problemas respiratorios derivados de la quema de basura, como Broncoespasmos, neumonía, y bronquitis, sino también dengue, piodermitis, sarna. “Son todas enfermedades trasmitidas por vectores que se encuentran en la basura. Las moscas, los mosquitos, ratas, animales que se alimentan de la basura como perros y gatos son los mancomunes. La forma de contacto puede ser directo con el basura o a través de los vectores”, explicó. “Se ven también muchas patologías de cáncer y mioplacias, a través sobre todo de elementos como las pilas o las baterías que liberan plomo que atraviesa la tierra y contamina las napas de agua” agregó. Entre otras patologías severas por impacto ambiental se relevan cólera, hepatitis vírica, leptopirosis, toxoplasmosis y tuberculosis, todas ya endémicas en la población de la zona sur y especialmente en la más cercana al Basural. Javier Margosa. |
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